Nuestra Córdoba y Fundación Arcor presentaron ayer el estudio ‘Plazas de cercanía en Córdoba. Espacios de juego e interacción social de niños, niñas y adolescente’, que indaga sobre las condiciones físicas, la presencia y estado del equipamiento y los usos y percepciones de los usuarios respecto a esos espacios públicos.
Los resultados del estudio fueron expuestos en el “Taller Pensando las plazas de cercanía de Córdoba” en el cual representantes de organizaciones de la sociedad civil, centros vecinales, investigadores, docentes, técnicos y funcionarios de la Municipalidad de Córdoba compartieron miradas sobre el estado de las plazas de la ciudad, y debatieron propuestas para abordar el tema con el objetivo de elevarlas al Departamento Ejecutivo Municipal.
Para llevar adelante el relevamiento se seleccionaron, mediante un muestreo aleatorio, 83 áreas verdes de pequeña escala distribuidas en la ciudad. En Córdoba existen 1287 áreas verdes públicas de permanencia, de las cuales 824 son espacios que tienen menos de 5000 m2 de superficie y que por su distribución geográfica sirven al 64% de los capitalinos.
La cercanía es un valor que facilita el acceso tanto para los adultos mayores y los niños a los espacios verdes y que, por tanto, los hace accesibles para cualquier vecino. El 75% de las personas que utilizan estas áreas verdes de pequeña escala viven a una distancia menor de 5 cuadras de distancia y 80% de los encuestados habitualmente llegan caminando a la plaza, lo que en tiempo corresponde a unos 15 minutos.
Equipadas pero con poco mantenimiento
El estudio permite extraer algunas conclusiones en relación a las condiciones en las que se encuentran los espacios verdes relevados. El 75% de las plazas cuenta con algún equipamiento básico: bancos, cestos, bebederos, cestos de basura, mesas, sillas, entre otros, aunque solo el 49% de los mismos se encuentra en buen estado. Algo similar sucede con los juegos infantiles que si bien se encuentran presentes en el 67% de los casos, solo el 57% de estos está en buen estado.
Estos datos sugieren que si bien estos espacios fueron provistos con equipamiento y juegos, el mantenimiento con el que cuentan es insuficiente de acuerdo a las condiciones de uso.
En tanto, es posible determinar que existe cierto déficit en el planeamiento de estas plazas en lo que respecta a otro tipo de infraestructura como áreas deportivas formales, presentes solo en un 10%, de las que un 8% de ellas se encuentra en buen estado. En un 22% de las plazas relevadas se encontraron espacios deportivos informales, es decir, no previstas en el diseño pero creados por los usuarios. Aunque solo el 5% de éstas se las encontró en buenas condiciones para la práctica deportiva.
Valoración positiva de los usuarios
Más allá de las limitaciones, existe una alta valoración de los vecinos respecto a las plazas, 84% de los adultos y 97% entre los niños, niñas y adolescentes entrevistadas les gusta la plaza en la que se encontraban. Entre los aspectos positivos, los adultos desatacan la cercanía, los árboles y el contacto con la naturaleza en primer lugar, y luego casi con la mitad de menciones valoran que el lugar se encuentra en buen estado de mantenimiento, seguido por la amplitud del espacio y el hecho que sus hijos juegan allí.
En tanto, los motivo esgrimidos por los niños que les gustan las plazas, fueron la presencia de juegos, seguido por la posibilidad de jugar con amigos. En tercer lugar, con bastante menos menciones, fue nombrada la cercanía a la vivienda, y en cuarto lugar las dimensiones del espacio.
Actividades espontáneas y organizadas
La presencia de equipamiento y la dotación de infraestructuras condicionan no solo el uso y la permanencia de los ciudadanos en los espacios verdes, sino también aquellas actividades que es posible desarrollar en ellos. En tal sentido, existe una marcada frecuencia de uso en actividades de juego en relación a las actividades deportivas, esto se observa en que 71% de los niños/as encuestados realiza alguna actividad de juego y 48% realiza algún tipo de deporte.
Las plazas son espacios propicios para otro tipo de actividades para los niños y sus familias. Las ferias, torneos, festivales, muestras, actividades artísticas, culturales, sociales y políticas, constituyen modos creativos que promueven múltiples y diversos usos de las plazas, generan nuevos modos de interacción entre los vecinos y contribuyen a fortalecer los lazos sociales.
Durante el estudio, el 33% de los encuestados reconoció que en su plaza se realizó algún tipo de actividad organizada por alguna institución. Un 60% de los niños participó en alguna actividad organizada en la plaza. Cuando se les consultó sobre el origen, 42% de los vecinos no reconocía quien era el organizador de las actividades, mientras que 25% manifestó que fueron organizadas por centros vecinales, 17% por organizaciones de la sociedad civil, 12% por instituciones religiosas, y 4% por alguna dependencia o área de la Municipalidad.
El estudio de estas áreas permite contar con mayor información para poder diseñar e instrumentar políticas públicas que contribuyan a mejorar no sólo aquellas condiciones físicas que tienen que ver con la infraestructura, el equipamiento, la instalación de juegos infantiles o del arbolado, sino también que promuevan su uso como espacios públicos de recreación, interacción, encuentro con los vecinos y participación democrática en la vida de la ciudad.]
Para conocer más sobre el estudio puede descargarlo aquí.
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